Entre pañales, 2ª parte, que tiempos aquellos.
Con el pasar de los años te ibas empapando de esa sociedad que hoy tanto echo en falta. Muy familiar, donde los abuelos tenían el mejor sitio de la casa, eran queridos y escuchados transmitiéndote toda la sabiduría de toda una vida.
Cuanto hecho en falta esas tertulias familiares, al amor del fuego de la chimenea, con las tarteras arrimadas al fuego echando de menos a mis abuelos que por cosas de la vida no pude escuchar.
Otra de las cosas que también se me quedaron instaladas en la retina de mi memoria, es cuando mi padre después de venir del campo y atender a los animales, nos tumbábamos en la calle empedrada echaba al suelo esa manta que siempre se llevaba en la ganadería para abrigarse por las inclemencias del tiempo, hoy desde la distancia reconozco que esas charlas que teníamos padre y hijo eran lo mejor que le puede pasar a un zagal para encarar la vida. Entre tanto yo registraba las alforgas sabiendo que encontraría esos untos de pan en la salsa que el me dejaba de la merienda que le preparaba mi madre y que para mi eran un manjar que cuando por la distancia para realizar las labores agrícolas sobre todo durante la labranza de los terrenos que tenia que comer en el tajo
Entre tanto mi madre que trabajaba tanto o mas que mi padre nos iba preparando la cena y la comida para el otro día pues cuando teníamos que recoger la cosecha a mi madre no se le caían los anillos como decimos en mi tierra y arrimaba el hombro como uno mas.
Esa sociedad tenia grandes valores, amiga de sus amigos, con grandes derechos pero también muchas obligaciones, sencilla pero a la vez humana, donde los jóvenes nos reuníamos y hacinamos algún salchucho se nos reprendía mas no se nos sancionaba conocíamos el pudor, valorábamos el lado humano de cada persona, veneramos a esas enciclopedias andantes que son nuestros mayores un sinfín de cosas que hoy en día hecho en falta.
Ya en mi temprana edad mi madre me mandaba cuando salia de la escuela si mi padre se encontraba a una distancia prudencial realizando sobre todo las labores de labranza de los terrenos con la yugada. Con una cesta a llevarle la comida caliente y ya de paso comía con el.
Si tengo que sopesar las alergias y las penas de esta mi temprana edad tengo que reconocer que no les tengo envidia a esta nueva generación. Nosotros hemos sabido disfrutar con poco y cuando nuestra economía a ido mejorando nosotros con ella pero en el camino se han quedado alguno de esos valores tan importantes que nos habían trasmitido nuestros mayores. Sin embargo y no les hecho en culpa para nada a nuestros hijos mas bien a la economía del consumismo. El no saber valorar lo que tenemos, el querer lo mismo que el vecino aunque no podamos, el gastárnoslo antes de ganarlo. Recuerdo un consejo de mi Abuela Puri - Un consejo te he de dar hijo siempre que te sobre dinero si ganas un duro dos pesetas si ganas dos pesetas dos reales lleva siempre dinero pero no para gastarlo a lo tonto.
En fin amigos y seguidores que les voy a contar que ustedes no sepan.
En mi próxima entrada dejare un poquito de ponerme nostálgico y comentare lo que nuestros mayores tuvieron que luchar para sacarnos adelante.
Si alguna vez os caéis por esta tierra La Rioja no dejeis de visitarnos en nuestros alojamientos familiares El Mirador de Clavijo
No hay comentarios:
Publicar un comentario